Llevo
más de un mes aprendiendo a vivir con este dolor.
Físico.
Ahora
con la rehabilitación, espero que vaya a mejor, porque a peor no debe ir. O eso
me dicen cuando salgo de allí aún más dolorida que cuando entré.
Cosas
del directo.
Hay
veces que tengo que esconderme para que no sean visibles los rayos rojos de ira
que salen de mis ojos. Lo estoy controlando. Porque el dolor me hace ser super
agresiva y super sexual. Sí, también. Pero en plan bestia. Y, claro, no puede
ser.
Por
qué no? Joder.
Perdón,
esta es otra, no me gustan nada de nada los tacos. Las palabrotas. Nada.
Pues
ahora me salen solas las palabras malsonantes, es como si me aliviasen en algo.
Que no lo hacen. Igual es una terapia oculta. Pero no lo es. Y no lo puedo
evitar.
Por
qué no inventan algo para el puto dolor este? Y que no tenga efectos
secundarios, claro.
Es
curioso que en dos días mi radar haya avistado dos tríbadas. Está totalmente
activado. Y es interesante, porque no conozco a muchas. Es lo que tiene moverse
cero por el “ambiente” y que mis amigas sean todas heteros.
Aún
así, a la legua las diviso. Por muy femeninas que sean, siempre hay un pequeño
gesto que las delata.
Esta
mañana esperando en la sala había una chica que en dos vistazos… zas! Te cacé!
Me
hace mucha gracia la verdad.
Y
no sé por qué.
Será
la falta de costumbre.
1 comentario:
Estar pendientes de "nuestro" radar siempre alivia un poco.
¡Ánimo!
besos
Publicar un comentario