martes, 17 de abril de 2012

Los círculos y ruletas rusas no tienen principio ni fín. Conviértete en hamster y no digas adiós


Todo pasa.
Una frase repetida escuchada en varias bocas estas semanas.
Todo pasa.
En diferentes escenarios y esas dos palabras.
Todo pasa.
Y mi madre preocupada por el panorama y el futuro.
Que no hay.
Qué sabrá ella qué es la prima de riesgo.
Pero no quiero perder tiempo en explicarle qué es.
Sé que en dos semanas volverá a preguntarme, porque no lo recuerda.
Se hace un lío.
Que no hay. Qué. Futuro.
Todo pasa.

Tal vez la rutina sea muy peligrosa y mala para la salud del corazón.
Lo sé. De primer mano.
Pero no quiero más terremetos alrdedor.
Intentan hundir cimientos.
Y no lo voy a permitir.
Riego tal vez de más.
Me da miedo cuando tiembla el cielo y tal vez mate de ahogo por exceso de agua.
Pero tú no.
No tú.
Tú y yo no.
No escucho las palabras de todo se acaba, todo tiene un fín, todo, todo, todo se acaba.
Cemento los oídos.
No.
No quiero.
No me da la gana.
Que los demás digan adiós.
Aunque también me rompan el corazoncito.
Porque la ruptura de "otros" son pérdidas.
Nada vuelve a ser lo mismo.
Nada.
Todo pasa.
Pero hay cosas que no, no quiero.
Repito, no me da la gana.
Léase despacito: no me da la gana.
Sílaba a sílaba.
Te atraparé la luna con un lazo.