jueves, 14 de enero de 2010

De cómo un rayo de sol calienta tu curiosidad

A veces necesitas que te digan algo bonito.
Algo suave.
Algo tierno.
Algo a qué aferrarte.
Otras veces, una mirada ambigua, dice mucho.
O una sonrisa a destiempo.
O un gesto descoordenado.
Porque no supiste llegar a tu punto cardinal.
Necesitar.
Nunca me gustó esa palabra.
Pero ahora la entiendo.
Es como un cigarro con el té de las 10.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta, pero no entiendo la frase de "no supiste llegar a tu punto cardinal".

Ra dijo...

Creo que hay muchas cosas que no entiendes niña. Ven a mi cumple y te lo cuento a título personal anda! :))
Besín

Tresmasqueperros dijo...

Hacía tiempo que no me pasaba por aquí, Ra. Pero veo que no decae. Un besazo y hasta pronto. Tienes cosas muy bonitas. Yo sigo atascado en mis historias tristes, ups... Desde Albacete, J.